Hoy fue la elección de Niña Independencia en el Colegio donde laboro, una representante de cada grado y sección formaron parte de la lista de candidatas para tan preciado puesto.
Fue una actividad bastante larga, esperar a que las candidatas cambiaran de vestuario, mientras una de las maestras se hacía pedazos tratando de entretener al público no era lo más emocionante. Tantas horas bajo el sol, me permitieron ver cómo los ánimos, emoción y porras de todos los espectadores se iban debilitando.
Luego de la GRAN PRESENTACIÓN, justamente a las 12:00 horas, el jurado había decidido quién sería la nueva representante de la belleza de nuestro colegio, muy lamentablemente, entre las tres nombradas, no estaba Gaby, mi alumna.
Pude notar su tristeza, su mirada se enrojeció y humedeció, al igual que la de su madre y su abuela, claro, no puedo negar que me incluí en ese sentimiento. Dicen que todo esfuerzo tiene su recompensa, frase muy cierta y muy alentadora, pero creo que en ese momento esa frase no tenía sentido para esa familia.
En realidad admiro muchísimo a Gaby, una alumna muy perseverante, que ha sabido esforzarse en todo lo que hace. Creo que digo todo esto, también por saber la realidad en la que ella ha vivido.
Pero después de todo, y como bien se lo dije, para mí Gaby es una ganadora, nos representó de manera maravillosa, y su timidez no fue obstáculo para destacar en sus presentaciones.
Diariamente convivo con tesoros preciosos, que me enseñan más de lo que yo puedo enseñarles con ayuda de un pizarrón. Mis chiquitos me han hecho una persona más humana, y me motivan a dar TODO lo mejor de mí, para que su educación pueda valorarla dentro de unos años, al ver a los Presidentes y Alcaldes que dirigirán a nuestra Guatemala.
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